viernes, 6 de noviembre de 2009

teresa de calcuta


La Madre Teresa de Calcuta, nacida como Agnes Gonxha Bojaxhiu /ˈagnɛs gɔnˈʤa bɔˈjadʒju/, (Skopje, Imperio Otomano, actual República de Macedonia; 26 de agosto de 1910 - Calcuta, India; 5 de septiembre de 1997) fue una religiosa católica albanesa célebre por su labor humanitaria en la India. Fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 1979 y beatificada por el Papa Juan Pablo II en 2003.
Biografía
Agnes hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio, y recibió la Confirmación a los seis años (un año después de su comunión). Desde el día de su Primera Comunión mostró una gran devoción religiosa. En su formación religiosa, Agnes fue asistida además por la Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada. Cuando tenía treinta años, se hizo misionera. En Irlanda recibió el nombre de Hermana María Teresa. En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, donde enseñó en la Escuela para mujeres St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión convirtiéndose en “esposa de Cristo” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa de Calcuta. Continuó enseñando en St. Mary, convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que la Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría. En 1950 fundó la orden femenina de las "Misioneras de la Caridad" y su rama masculina ("Hermanos de la Caridad") en 1963. Más tarde, en 1979, recibió el Premio Nobel de la Paz. En marzo de 1997, la Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General. Después de encontrarse por última vez con el Papa, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de vida.
Para el día de su muerte se habían consagrado casi 4.000 Misioneras de la Caridad, y sus comunidades se habían establecido 610 fundaciones

el agua en Africa

Los problemas derivados de la gestión del agua son particularmente agudos en el continente africano. La carencia de agua potable es responsable de graves problemas de salud en la población general y principal causa directa de la elevada mortalidad infantil en la región. La falta de infraestructuras, la dispersión de los recursos y el hecho de que la mayor parte de la población se asiente en pequeños núcleos rurales sobre una gran extensión territorial, dificulta de forma extrema la solución al problema de falta de agua potable. Las deficiente gestión de las aguas residuales, la utilización de aguas subterráneas de baja calidad o la contaminación favorecida por el escaso control administrativo, son dificultades añadidas y a veces importadas. Los conflictos políticos son causa y consecuencia de todo lo anterior y contribuyen a enquistar el problema y a perpetuar el subdesarrollo.

Unos 300 millones de africanos carecen de acceso a agua potable y al menos catorce países del continente sufren un déficit permanente de agua. De los cincuenta y cinco países cuyo consumo de agua potable por persona y día está por debajo del mínimo de cincuenta litros establecido por la Organización Mundial de la Salud, treinta y cinco de ellos están en África. Según la OMS, en un momento cualquiera, dos de cada mil personas - tres cuartas partes de ellas, menores de cinco años - sufren algún tipo de enfermedad relacionada con el consumo de agua contaminada o de mala calidad y la mitad de los africanos sufrirá en algún momento de su vida problemas de salud por esta causa. La diarrea es la consecuencia habitual del consumo de agua no potable y es una de las principales causas de mortalidad infantil al provocar deshidratación y acentuar las consecuencias de una mala nutrición crónica. Este escenario, sumado a la aparición de infecciones oportunistas, está detrás de más de las escandalosas cifras de mortalidad infantil registradas en muchos países en desarrollo. Para hacerse una idea de la magnitud del problema basta indicar que en Etiopía la mortalidad infantil (menores de cinco años) es del 16.4% (Fuente UNICEF datos de 2004