El llamado "Sunshine State", o "estado soleado" de Australia, se recupera todavía de las peores inundaciones en décadas, que dejaron 35 muertos en diciembre y enero.
El ciclón Yasi ha forzado la evacuación de 30.000 personas. La gobernadora del estado lo ha calificado de "asesino", y ha advertido a los habitantes que deben prepararse para una devastación sin precedentes en la historia del país.
Numerosas personas abandonaron sus casas en la metrópoli de Brisbane, la tercera ciudad de Australia, donde las inundaciones podrían ser peores que el desastre de 1974.
Las carreteras se colapsaron de coches cuyos ocupantes trataban de abandonar la metrópoli junto a la costa este. En la ciudad se registraron compras masivas por el miedo a las riadas. Las personas esperaban ante las cajas de los supermercados formando largas colas y las existencias estaban ya prácticamente agotadas en las estanterías.
Un día antes, los torrentes de agua devastaron la ciudad de Toowoomba, 126 kilómetros al oeste de Brisbane.