Sigue en aumento la cifra de niños explotados laboralmente, quienes ganan hasta diez veces menos que un adulto.
En el sur de Asia trabajan más de 100 millones de niños, de los que un 20% hacen jornadas de 13 horas diarias por un sueldo de entre 15 y 20 euros al mes.
En Latinoamérica, donde trabajan 17 millones de niños de entre 5 y 17 años, las ganancias de estos menores suponen del 10 al 20% de los ingresos de sus familias.
La explotación infantil, denunciada por FUNDACIÓN INTERVIDA hace dos años con la campaña "Evitarlo es de Ley", sigue en aumento. En los países más pobres hay 300 millones de niños explotados laboralmente, una situación que INTERVIDA no quiere ignorar y que, a su juicio, exige garantizar que los productos procedentes del Tercer Mundo sean elaborados en unas condiciones dignas de trabajo, salario y edad.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), "el trabajo forzoso, la esclavitud y el tráfico criminal de seres humanos en especial mujeres y niños están creciendo en el mundo y adoptando nuevas e insidiosas formas". El reclutamiento obligatorio de niños para conflictos bélicos, considerado como una de las peores formas de explotación infantil, está también en auge.
El sur de Asia presenta los peores índices de explotación infantil, con más de 100 millones de menores en esta situación. En esta región, el 20% de los niños obligados a trabajar hacen jornadas de 12, 13 y más horas al día, y ganan sólo entre 15 y 20 euros al mes diez veces menos de lo que ganaría un adulto. La explotación infantil es muy común en las curtidurías existen miles en esta zona, donde no se respetan las más mínimas medidas de seguridad e higiene, y los niños están expuestos a contraer enfermedades como la tuberculosis, anemia, úlceras pépticas, problemas respiratorios y abscesos. Asimismo, el sector textil, que representa más de la mitad de las exportaciones de estos países, emplea a millones de niños por sueldos equivalentes a un tercio del salario base de un adulto.
En Latinoamérica, la industria de la minería y los lavaderos de oro se enriquece con el esfuerzo de miles de niños de 5 a 17 años, a quienes pagan tres euros al día. Asimismo, la extracción artesanal de oro, los secadores de piedra pómez y la fabricación de ladrillos -todos ellos tipificados como trabajos altamente peligrosos- son el destino de gran parte de los 17 millones de menores que trabajan la región.
Esta no tiene una solución fácil, ya que el salario de estos niños representa un importante porcentaje de la balanza de pagos de muchos países pobres. A este respecto, se calcula que las ganancias de los menores de 17 años en Latinoamérica suponen entre un 10 y un 20% de los ingresos de sus familias.
Las largas jornadas y las penosas condiciones en que estos niños realizan su trabajo impiden su acceso a la educación, los agota física e intelectualmente y, al mismo tiempo, provocan en esos países graves efectos socioeconómicos, como el aumento del desempleo en la población activa, pues estos menores ocupan el puesto de trabajo de la población adulta.
FUNDACIÓN INTERVIDA quiere concienciar a la sociedad española de esta realidad, cuando el próximo martes 16 de abril se cumple el séptimo aniversario de la muerte del niño pakistaní Iqbal Masih forzado a trabajar desde los cuatro años en un telar, que fue cruelmente asesinado con 12 años tras denunciar públicamente su situación y la de millones de niños esclavizados en su país.
INTERVIDA considera que una de las soluciones a este fenómeno pasa por la adopción de medidas por parte de las empresas para obstaculizar la importación de productos elaborados en el Tercer Mundo por la mano de obra infantil. La concienciación de los ciudadanos también es fundamental para el fomento de unas relaciones comerciales más justas y una mejora de las condiciones de vida en estos países. En España, alrededor del 30% de los consumidores se manifiestan a favor del compromiso social de las empresas.
FUNDACIÓN INTERVIDA es una ONG laica, apartidista y totalmente independiente, con estatus consultivo especial en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida en que se encuentran miles de niños y sus familias en las zonas más necesitadas del planeta. Con este fin, desarrolla proyectos en Perú, Bolivia, Guatemala, El Salvador, India, Bangladesh y Malí. En la actualidad, más de 260.000 familias españolas dan su apoyo a tres millones de personas en esos países mediante el apadrinamiento de niños.
En el sur de Asia trabajan más de 100 millones de niños, de los que un 20% hacen jornadas de 13 horas diarias por un sueldo de entre 15 y 20 euros al mes.
En Latinoamérica, donde trabajan 17 millones de niños de entre 5 y 17 años, las ganancias de estos menores suponen del 10 al 20% de los ingresos de sus familias.
La explotación infantil, denunciada por FUNDACIÓN INTERVIDA hace dos años con la campaña "Evitarlo es de Ley", sigue en aumento. En los países más pobres hay 300 millones de niños explotados laboralmente, una situación que INTERVIDA no quiere ignorar y que, a su juicio, exige garantizar que los productos procedentes del Tercer Mundo sean elaborados en unas condiciones dignas de trabajo, salario y edad.
Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), "el trabajo forzoso, la esclavitud y el tráfico criminal de seres humanos en especial mujeres y niños están creciendo en el mundo y adoptando nuevas e insidiosas formas". El reclutamiento obligatorio de niños para conflictos bélicos, considerado como una de las peores formas de explotación infantil, está también en auge.
El sur de Asia presenta los peores índices de explotación infantil, con más de 100 millones de menores en esta situación. En esta región, el 20% de los niños obligados a trabajar hacen jornadas de 12, 13 y más horas al día, y ganan sólo entre 15 y 20 euros al mes diez veces menos de lo que ganaría un adulto. La explotación infantil es muy común en las curtidurías existen miles en esta zona, donde no se respetan las más mínimas medidas de seguridad e higiene, y los niños están expuestos a contraer enfermedades como la tuberculosis, anemia, úlceras pépticas, problemas respiratorios y abscesos. Asimismo, el sector textil, que representa más de la mitad de las exportaciones de estos países, emplea a millones de niños por sueldos equivalentes a un tercio del salario base de un adulto.
En Latinoamérica, la industria de la minería y los lavaderos de oro se enriquece con el esfuerzo de miles de niños de 5 a 17 años, a quienes pagan tres euros al día. Asimismo, la extracción artesanal de oro, los secadores de piedra pómez y la fabricación de ladrillos -todos ellos tipificados como trabajos altamente peligrosos- son el destino de gran parte de los 17 millones de menores que trabajan la región.
Esta no tiene una solución fácil, ya que el salario de estos niños representa un importante porcentaje de la balanza de pagos de muchos países pobres. A este respecto, se calcula que las ganancias de los menores de 17 años en Latinoamérica suponen entre un 10 y un 20% de los ingresos de sus familias.
Las largas jornadas y las penosas condiciones en que estos niños realizan su trabajo impiden su acceso a la educación, los agota física e intelectualmente y, al mismo tiempo, provocan en esos países graves efectos socioeconómicos, como el aumento del desempleo en la población activa, pues estos menores ocupan el puesto de trabajo de la población adulta.
FUNDACIÓN INTERVIDA quiere concienciar a la sociedad española de esta realidad, cuando el próximo martes 16 de abril se cumple el séptimo aniversario de la muerte del niño pakistaní Iqbal Masih forzado a trabajar desde los cuatro años en un telar, que fue cruelmente asesinado con 12 años tras denunciar públicamente su situación y la de millones de niños esclavizados en su país.
INTERVIDA considera que una de las soluciones a este fenómeno pasa por la adopción de medidas por parte de las empresas para obstaculizar la importación de productos elaborados en el Tercer Mundo por la mano de obra infantil. La concienciación de los ciudadanos también es fundamental para el fomento de unas relaciones comerciales más justas y una mejora de las condiciones de vida en estos países. En España, alrededor del 30% de los consumidores se manifiestan a favor del compromiso social de las empresas.
FUNDACIÓN INTERVIDA es una ONG laica, apartidista y totalmente independiente, con estatus consultivo especial en el Consejo Económico y Social de Naciones Unidas. Su objetivo es mejorar las condiciones de vida en que se encuentran miles de niños y sus familias en las zonas más necesitadas del planeta. Con este fin, desarrolla proyectos en Perú, Bolivia, Guatemala, El Salvador, India, Bangladesh y Malí. En la actualidad, más de 260.000 familias españolas dan su apoyo a tres millones de personas en esos países mediante el apadrinamiento de niños.
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