La madrugada del 25 de abril de 1998, una balsa de residuos de metales pesados muy contaminantes de 8 hm³, procedentes de una mina de la empresa de capital sueco Boliden-Apirsa, situada en la localidad de Aznalcóllar, se rompió por dos de sus lados, liberando gran cantidad de líquido de muy bajo pH (alta acidez).
El vertido producido en el río Agrio llegó rápidamente al Guadiamar, que fluye hacia el Parque natural de Doñana y preparque, donde fue frenado y desviado mediante diques para que llegara con más rapidez al Guadalquivir y de allí al mar.
Pasados varios años, sin que se supiera de quién era la responsabilidad y después de haber gastado varias administraciones públicas muchos millones de euros intentando dejar relativamente medio-limpia la zona contaminada. Sobre la zona dañada y sobre el terreno circundante expropiado, contaminado indefinidamente, se ha creado la figura de protección natural del Corredor Verde para la unión de Sierra Morena y Doñana. En dicho corredor, se encuentra prohibida la pesca, la caza, el pastoreo y la recolección; continuando las actividades de reforestación y conservación, se han construido varios observatorios ornitológicos y algunas zonas para el ocio y recreo.
El 22 de noviembre de 2004 la Sala 3ª del Tribunal Supremo condenó a Boliden-Apirsa al pago de unos 45 millones de euros en concepto de indemnización por los daños causados. Boliden anunció que no piensa pagarlo por tratarse de un "factor externo"1
El 1 de febrero de 2008 comienzan en Sevilla los actos de conmemoración del décimo aniversario del Accidente Minero del Guadiamar. A través de una exposición divulgativa titulada "Guadiamar, ciencia, técnica y restauración"2 organizada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en la que se muestran al público los datos de la que es la mayor catástrofe ambiental de España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario